Hay un camino que una vez iniciado no tiene vuelta atrás. Con el primer paso hacia la conciencia se inicia una ceremonia en la que la neurosis deja paso a la luz.
sábado, 24 de abril de 2010
MOLINOS AL VIENTO
Están ahí, reales,
cargados de vida,
encerrando sueños
tras sus ventanas.
Ninguno contiene
princesas que salvar
y, en cambio, alojan
caballeros esgrimiendo lanzas.
No busquéis, no hay
aspas como en aquellos
molinos que nunca fueron
y pudieron ser.
Ni don Quijote les reta
ni Sancho los evita.
Están en la altura
y clavan sus raíces en la tierra.
Los miro y me veo.
Creados para gloria
de un presente grandioso
saben su caída estrepitosa.
Allí, ahí, en una de sus
múltiples ventanas
miro al mar
esperando mi llegada.
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Qué bonita oda a esa masa de acero y cemento que nos rodea.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Akua.
ResponderEliminarRecientemente he visitado New York y allí sientes realmente en que hemos convertido nuestra civilización, brutal pero por otro lado impresionante.
Un beso.
Muy literario tu post; princesas, Quijotes, Sanchos... para describir algo material.
ResponderEliminarFeliz domingo y gracias por comentar tan asiduamente en mi blog.
Hola Rosalianm.
ResponderEliminarGracias a ti por visitar este espacio, acudir al tuyo siempre es un placer.
Cuando contemplas algo tan material como pueden ser los rascacielos te dan cuenta del poder del hombre y de su flagilidad.
Un beso.
Permíteme que me quede con las aspas de los molinos de D. Quijote y Sancho.
ResponderEliminarImpresioantes esos otros molinos de acero, impersonales y totalmente fríos en su majestuosidad.
Gracias por tu visita y tus palabras en el jardín. Yo también me quedo entre tus seguidores/as.
Un saludo.
Hola Lucía.
ResponderEliminarSé que me creerás si te digo que en verdad son molinos aunque nos pretendan hacer creer que no lo son.
Gracias por tu visita.
Saludos.